Desde tiempos inmemoriales abortamos, pero no todas lo hemos hecho en condiciones iguales. En Ecuador, la posibilidad de acceder a un aborto seguro está marcada por el dinero que se tiene y los contactos que te permiten conocer en medio de la clandestinidad, cómo interrumpir tu embarazo. Sin embargo, son miles de mujeres las que abortan cada año, solo en el 2016 se registraron 1102 abortos en niñas y adolescentes de entre 10 a 14 años y entre las adolescentes de 15 a 19 años se registraron 20.632 [1] estos son los abortos que se registran, pero en un país en donde puedes ir a la cárcel hasta por dos años por abortar las cifras oficiales se quedan cortas.
Acompañar la decisión de las mujeres de abortar, ha transformado mi vida. Empecé a trabajar por el acceso de las mujeres a información sobre aborto seguro con medicamentos hace más de 10 años, sabía que había muchas mujeres que tomaban la decisión de interrumpir sus embarazos pero este tema era un poco lejano, ninguna de mis amigas o conocidas me había contado que abortó, era un tema del que se hablaba poco o nada en mi familia.
Cuando tuve las herramientas para poder brindar información, empecé a hablar del tema en todos mis espacios y fue así que me di cuenta que muchas de mis amigas habían tenido un aborto, mi hermana y mi madre también. Saber que no estaba sola y que el trabajo que empezaba a realizar para que otras accedan a información segura que les permita decidir, me ayudó a tomar la decisión de abortar cuando me enteré que estaba embarazadaa mis 19 años. Fue ahí que entendí que lo personal es político. Esta decisión fue acompañada, segura y gracias a la experiencia de otras estuvo libre de miedos y culpas. Tuve mucha suerte, pues para las mujeres más empobrecidas, las que no acceden a información y no tienen recursos económicos ni sociales, el aborto significa una condena: aproximadamente el 15,6% de las muertes maternas en Ecuador están relacionadas con abortos inseguros [2], a esto hay que sumarle las más de 301 mujeres denunciadas por aborto en el país [3].
Que el aborto traspasa la vida de las mujeres de manera distinta es una realidad, los contextos de desigualdad, penalización y clandestinidad obligan a muchas mujeres al silencio, un silencio que muchas veces se transforma en culpa. Por eso, hace casi dos años empezamos a realizar espacios de encuentro entre mujeres que habían tenido un aborto y querían hablarlo. Estos espacios sostenidos desde la Red de Acompañamiento en aborto seguro “Las Comadres”, de la que soy parte desde sus inicios, nos han permitido escuchar las historias de las mujeres, conocerlas, acuerparlas y sentirlas como nuestras. Para muchas estos espacios han sido el lugar en donde por primera vez le pusieron palabras a su experiencia de aborto, se la contaron a otras, se sintieron escuchadas y rompieron el silencio. Estos espacios me han permitido entender que la decisión de abortar para las mujeres, es una de las decisiones que toman con mayor autonomía aunque las condiciones en que lo hacen no sean las mejores.
Ahora nos queda seguir trabajando para que la decisión de abortar de cada mujer se pueda llevar a cabo en las mejores condiciones. Para abortar nos tenemos entre nosotras, sin embargo sabemos que tenemos limitaciones como redes de acompañantes para llegar a todas las mujeres que lo requieren, por eso a necesitamos seguir trabajando para que el aborto se despenalice en Ecuador, para que sea legal, seguro y gratuito para todas. Desde nuestro trabajo como acompañantes y la cercanía que tenemos con las mujeres que deciden abortar y sus historias, tenemos que lograr ponerle un rostro a las estadísticas, ponerle un nombre, recoger sus testimonios y visibilizar que las que abortamos en Ecuador somos diversas, tenemos razones diversas, vivimos en contextos diversos, pero todas y absolutamente todas nos merecemos poder tomar una decisión con autonomía, libre de violencias, miedos, prejuicios y culpas.
Por eso el grito que acompaña mi lucha todos los días es: educación sexual para prevenir, anticonceptivos para disfrutar y aborto libre para decidir.
Verónica Vera es feminista, parte de la Red de Acompañantes en Aborto Seguro Las Comadres y de Surkuna, organización que trabaja en la defensa legal de mujeres judicializadas por aborto. Integrante de las #VecinasFeministas por la Justicia Sexual y Reproductiva en América Latina
*Este blog también está en publicado en http://resurj.org/
[2]
Ministerio de Salud Pública del Ecuador, Plan Nacional de Salud Sexual y Salud Reproductiva:
Viceministerio de Gobernanza de la Salud Pública, Marzo , 2017, Quito, Ecuador.